Folleto: PANDEMIA Y LUCHA DE CLASES
El folleto que presentamos es una actualización y ampliación del que publicamos a finales de abril de 2020, es decir,...
El folleto que presentamos es una actualización y ampliación del que publicamos a finales de abril de 2020, es decir,...
Este artículo formará parte de un folleto mayor que reunirá diversas publicaciones que desde Red Roja se comenzaron a escribir...
La grave degradación social provocada en nuestro país (como en otros de nuestro entorno) por la profunda crisis sistémica capitalista, junto con la falta de salida clara que las masas perciben en las movilizaciones que se están realizando, plantea de forma grave y urgente una responsabilidad y un reto para los comunistas revolucionarios. Se nos impone ir trabajando por un “referente político” que potencie un movimiento político unitario de masas lo más amplio posible que, con la exigencia de determinadas medidas a favor del pueblo, se ponga al servicio de ir superando de forma revolucionaria la situación actual en una perspectiva que, para nosotros, no puede ser otra que el socialismo.
Se inicia el otoño con el anuncio de reformas como la laboral, la fiscal y la de pensiones, que está ya muy avanzada. Todas supondrán más recortes sociales a los que hay que sumar una inflación que se dispara y que inevitablemente ataca a las clases trabajadoras. Ante ello, no solo habrá que retomar las movilizaciones, sino que estas no podrán repetirse en la misma forma en que se dieron en la década anterior, empezando porque habrá que situarlas en una clara ruptura con la política imperial de la Unión Europea.
Lo que hemos estado viviendo en torno a las elecciones de Madrid no es más que un reflejo de la situación de degradación en el plano político que lleva años en curso.Y cuando una crisis se alarga en el tiempo, cuando esta además afecta a muchos y diferentes sectores y no hay ninguna salida real, cuando no hay un referente político que señale la línea de demarcación, las luchas dentro del propio cuerpo social se exacerban y es cuando las expresiones reaccionarias pueden coger más fuerza.
[EDITORIAL] Se profundiza en una gravísima situación de crisis social y laboral que afecta a cada vez más sectores, que ven cómo pueden ser o directamente están siendo arrojados al abismo; todos los informes muestran que la pobreza se está disparando y que ninguna de las medidas sociales anunciadas por el gobierno está siendo capaz de frenar esta deriva. Los ingresos mínimos vitales y demás ayudas, ya mínimos en su concepción, encima no se materializan como se proclamaban tan teatralmente; los ERTES se convierten en ERES a una velocidad cada vez más elevada; y el endeudamiento, o directamente quiebra de pequeños negocios, es una realidad. El último episodio de la comedia gubernamental ha sido la tan cacareada ley de vivienda, uno de los acuerdos centrales de la autoproclamada coalición progresista, reducida a bonificaciones fiscales a especuladores, incapaces de tocar los precios abusivos ni por supuesto parar la sangría de los desahucios.
Ante el 150 aniversario de la comuna de París, a todos nos viene a la cabeza la heroica gesta que realizó la clase obrera de París, que, con sus aciertos y sus errores, sirvió de ejemplo para el éxito de algunas revoluciones posteriores y para el enriquecimiento por la vía práctica de la teoría marxista.
La clave no está en que nuestras frases sean formalmente revolucionarias, sino en que ayuden a revolucionar la realidad. Hoy día, y en cualquier época, las condiciones para que las masas populares se hagan comunistas no están dadas. Pero, en cambio, es patente que la población detesta a los banqueros y aún les reprocha tanto los desmanes que aceleraron la llegada de la crisis, como su rescate que hipotecó la economía del país. ¿Qué mejor caldo de cultivo podríamos encontrarnos?
Recuperamos este artículo del año 2018 en el que analizábamos el rol determinante que está destinado a jugar el proletariado inmigrante en nuestra coyuntura, y los diferentes intereses de clase que hay detrás del discurso xenófobo y racista.
Recuperamos este artículo del 2019 en el que reflexionábamos sobre la potencialidad y radicalidad de la insurrección de los chalecos amarillos. Movimiento espontaneo que fue capaz de poner en jaque al régimen de Macron y de agrupar a una amplia mayoría social afectada por las políticas privatizadoras impuestas desde el gran capital. En este artículo poníamos de manifiesto la proyección política y revolucionaria de este tipo de movimientos, juzgados muy a la ligera por las organizaciones tradicionales de izquierda como eclécticos o erráticos, cuando no como de "extrema derecha", y que sin embargo son expresión directa de las condiciones reales de lucha del proletariado contemporáneo y otras "capas intermedias" en proceso de depreciación de sus condiciones de vida.
La degradación de la situación es de tal magnitud, en todos los planos y de forma tan acelerada y precipitada,...