Desde el primer momento señalamos que Rusia, en realidad, había declarado una guerra a la guerra preventiva y permanente que, desde la caída del muro, el imperialismo desde Occidente le había declarado a cualquier país que escogiera mantener una vía de desarrollo independiente, incluso aunque esta fuera dentro del capitalismo. En ese sentido, entendíamos que Rusia había contestado de manera resolutiva a la campaña de acoso y agresión desatada antes contra Yugoslavia, continuada con las incursiones en Afganistán, Irak, Libia, Yemen, Siria, Venezuela, Somalia...Cualquiera que haya seguido mínimamente la historia reciente del conflicto tiene que reconocer que el mismo no comienza en febrero del 2022, sino que se inserta en una política de acoso y avasallamiento diseñada por los yanquis contra la Federación Rusa que data de mucho más atrás.