[COMUNICADO] ANTE EL PRÓXIMO PRIMERO DE MAYO: Reconquistando derechos… Derecho a la conquista del poder obrero.
“Dedicado a mi inolvidable amigo, valiente, fiel,
noble luchador adelantado del proletariado, Wilhelm Wolff”
Karl Marx
Así dedicaba nuestro mayor referente teórico su obra Capital. Poniendo por delante lo que más preciaba: al proletario que en la práctica lucha valientemente por su conciencia y su liberación. ¡Cuánto hacen falta esas cualidades en estos tiempos de retrocesos en derechos sociolaborales por un sistema podrido que ya solo nos depara guerra! Previo a cualquier consideración y consigna del momento, ante este nuevo Primero de Mayo saludamos la memoria de quienes, como los mártires de Chicago (1886), sembraron de honor a nuestra clase. Saludo que hacemos extensible a quienes han venido sosteniendo la lucha proletaria en todo el mundo. Y no solo en el ultra-expoliado tercer mundo; también en el llamado “primero”, como lo muestran las calles francesas que, fieles a su glorioso pasado anti-aristocrático, dicen NO a que se ataquen sus salarios y pensiones para rescatar a toda una casta de parásitos capitalistas que se ganan a pulso correr la misma suerte real guillotinada en la Palaçe de la Concorde.
Como en los últimos años, hay que llamar a defenderse de las agresiones a las condiciones laborales y de vida que, incluso en los llamados países avanzados, el capital pretende que se asemejen a aquellas decimonónicas que desataron la revuelta de Haymarket por las que ejecutaron a “los 5 de Chicago”. En el Estado español, esa lucha obrera pasa por unirse con todas las movilizaciones en defensa de las pensiones y los servicios públicos (especialmente la sanidad) que, en definitiva, forman parte del salario real de los trabajadores. Y es mirando lo que está ocurriendo en Francia, como se resalta aún más el papel de contención que están jugando los sindicatos mayoritarios a golpe de prebendas. Sigamos la vía del sindicalismo independiente que surge aquí y allá. Igualmente, sacudámonos la influencia paralizante del progrerío gubernamental que juega el mismo rol que el felipismo en las reconversiones salvajes de los años 80.
Pero la lucha por los derechos de la clase obrera está abocada al fracaso si no se carga de conciencia cada vez más profunda y universal, elevando sus miras. Es falsa la idea de que esos derechos amenazados son propios de un capitalismo respetuoso con el “Estado del Bienestar”. Este estaba condenado a desmontarse (“hay que acabar con esta ‘maquinita de la felicidad’”, dijo el primer ministro holandés) una vez que el capitalismo se liberó del campo socialista liderado por la Unión Soviética.
Urge retomar la tarea histórica que plantea ir derecho a la conquista del poder mandando al estercolero a un sistema caduco que solo puede continuar provocando degradación social y guerras, especialmente contra todo país que busque librarse de la hegemonía imperial occidental, particularmente la del campeón del parasitismo: los EEUU. Recordemos la advertencia de nuestra dirigente vilmente asesinada, Rosa Luxemburgo: “Socialismo o barbarie”. ¡Cuánta actualidad cobra esta consigna!
Esa tarea histórica del movimiento obrero pasa ineludiblemente por poner en el centro de su reconstrucción como clase a los sectores más precarizados y proletarizados, que viven situaciones de dictadura laboral, lo que obliga a organizar un sindicalismo de nuevo tipo. Al tiempo -en el contexto del dominio oligárquico financiero y de los dictados de la Comisión europea que implican recortes a mansalva al servicio de su rescate infame-, hay que ir forjando un frente de salvación popular lo más amplio posible, fomentando la unidad de las movilizaciones sociales y laborales. Al respecto, se impone la máxima inteligencia para organizar la extensión de la conciencia y la materialización del poder obrero.
¡Viva la clase obrera! ¡Viva el Primero de Mayo!