Entrar en más detalles sobre el sindicalismo de “nuevo” tipo
(Un debate que no es tan nuevo… y tanto que no lo es)
En Red Roja insistimos, desde nuestros orígenes y desde la propia formulación de nuestras tesis, en que para la construcción de la línea revolucionaria en el Estado español se hace imprescindible la elaboración y puesta en práctica de un sindicalismo de nuevo tipo tanto en lo que se refiere a su fórmula organizativa como a los métodos de lucha que debe implementar.
Respecto a ello, se han elaborado y publicado comunicados y artículos con numerosas aportaciones teóricas y prácticas al necesario debate que debe encaminar a la clase obrera en la lucha por su empoderamiento, empezando por un mayor control de las relaciones laborales. Por destacar algunos de los más importantes: “Límites y retos del movimiento obrero actual”, Revista Red Roja nº 3, noviembre 2014; “Por una confluencia sindical contra la esclavitud laboral”, Revista Red Roja nº 17, noviembre 2019; “Apuntes de intervención comunista en el movimiento obrero y sindical”, Revista Red Roja nº 20, enero 2020… y todos los comunicados elaborados con motivo del Primero de Mayo.
La necesidad de trascender el sindicalismo oficialista y superar la dictadura de sus “pactos sociales” es acuciante en tanto que, hoy en día, un trabajo sindical sujeto a los patrones y estándares establecidos conduce inevitablemente a un callejón sin salida y la mera lucha reivindicativa se convierte en un calvario. Ciertamente, estamos ante una problemática que no es nueva, pero hay determinados elementos de la actualidad que son claves para entender la situación que se ha creado en los últimos tiempos:
a) La utilización del flagelo de la precarización como arma de sobreexplotación y de (auto)represión que acaba de facto con todos los derechos acumulados y nos lleva a situaciones decimonónicas en las que se neutraliza lo que de bueno puedan tener los medios legales de lucha (que, por supuesto, nunca hay que dejar de practicar y de optimizar y que llevaremos a cabo, sobre todo, mediante nuestro encuadramiento en el sindicalismo alternativo realmente existente).
b) El fraccionamiento de la clase obrera en trabajadores españoles y migrantes, con un porcentaje de utilización de estos que ha sobrepasado más del 10% de la población (no ya de la clase). Una explotación legal e ilegal a capricho del capital y su Estado, hasta el punto que hemos llegado a decir que la seriedad, no ya de una práctica sindical consecuente, sino de una línea política que se pretenda revolucionaria pasa por poner esta cuestión en el centro de la lucha obrera y sindical. El derecho a ser de nuestra clase no lo pone el ordenamiento jurídico del momento. (“Poner en el centro de la clase a la inmigración”, Revista Red Roja nº 15, abril 2018; “La inmigración al centro de la revolución (… o no será)”, Revista Red Roja nº 16, octubre 2018).
Ante esta coyuntura, no cabe solo la afiliación en algún sindicato alternativo que en alguna ocasión se haya destacado por su “combatividad”, sino que hay que ir más allá de los límites de las siglas y apostar por la máxima unidad sindical implementando estructuras de “confluencia sindical” e incluso, bajo este mismo paraguas de confluencia, fomentar la autoorganización de trabajadores de los más diversos ámbitos laborales, difíciles de encuadrar en un núcleo o sección sindical. Sin necesidad de desarrollar demasiada teoría al respecto, la propia experiencia práctica de nuestra clase nos lo ha ido demostrando: en bastantes números de nuestra revista aparecen relatos de experiencia de lucha sindical independiente, de uniones y confluencias entre organizaciones sindicales y colectivos laborales, de redes de apoyo y coordinación entre barrios y el mundo laboral… (“Entrevista a la Plataforma #UnificandoLasLuchas”, Revista Red Roja nº 7, octubre 2015; “El 22 M en Zaragoza: Trabajadores en Lucha. Entrevista a Intersindical de Aragón” Revista Red Roja nº 9, abril 2016; “La patronal hostelera está acostumbrada a manejarse con un nivel de impunidad muy elevado” [entrevista a la Asamblea Interprofesional de Granada] Revista Red Roja nº 15, abril 2018; “El objetivo es superar el sindicalismo de migajas, en el que los trabajadores ya no siguen en la empresa y reclaman finiquitos y deudas” [entrevista con la Red de Autodefensa Laboral de Iruñea] Revista Red Roja nº 18, junio 2019; “No es lo mismo la asistencia social que el asistencialismo, al igual que tampoco es lo mismo el sindicalismo que el sindicalerismo” [entrevista a la Red de Apoyo Laboral de Vallecas], Revista Red Roja nº 19, octubre 2019 ).
Pero, como hemos apuntado desde el título, el requerimiento del debate sobre este sindicalismo de nuevo tipo y la necesidad de aportación de experiencias al respecto, en realidad, se viene arrastrando desde mucho tiempo atrás. Efectivamente, estos mismos planteamientos ya se hicieron hace décadas y, si hoy por hoy hay que alertar y desenmascarar los “nuevos pactos de Estado”, aún no se ha hecho la suficiente denuncia sobre lo que fueron los Pactos de la Moncloa que inauguraron la mortífera línea pactista sindicalera que canalizó “convenientemente” y apagó las luchas obreras de los 70-80.
No obstante, en el panorama actual, otros sindicatos que se han fortalecido precisamente por haberse mantenido en el ámbito de lo “alternativo”, mientras UGT y CCOO se convertían en parte del propio sistema, ahora parecieran postularse como el relevo necesario (para el régimen) del sindicalismo pactista. De hecho, las “nuevas” formaciones políticas que intentan ocupar el espacio de la izquierda institucional (que ni PSOE ni IU pueden ya llenar) llevan ya algunos años desarrollando su estrategia de alianzas con esas siglas sindicales que podrían ofrecerles la presencia y arraigo –de los que realmente carecen– entre los trabajadores. En algunos lugares del Estado, esta deriva de ciertas siglas que fungían de “alternativas” se convierte en un problema añadido para nuestra labor sindical, al habernos integrado en sus estructuras (por no disponer de ninguna otra organización presente en nuestro territorio) y tener incluso que batallar contra los dirigentes de nuestra propia afiliación por desarrollar métodos que ya ellos empiezan a eludir e intentar apagar. Por ese motivo, se deben implementar aún con más fuerza las coordinaciones de barrio y las confluencias y plataformas laborales.
Afrontar seriamente, entonces, este debate teórico-práctico ahora es, en realidad, retomarlo. Y para ello, nuestra militancia debe analizar el recorrido que ha seguido la elaboración de nuestra propia línea político-sindical empezando, por ejemplo, por conocer el trabajo-ponencia “Entrando en detalles (Contribución al necesario debate sobre el sindicalismo independiente y de nuevo tipo)”, realizado por uno de nuestros compañeros allá por el año… 1993, con aportaciones muy importantes tanto a nivel teórico como de experiencias obreras de “lucha independiente” que se resistían a ser domadas por las pretensiones del sindicalismo oficialista decidido a integrarse en el “Estado de derecho” y compartir poder con la patronal recogiendo las prebendas correspondientes, sacrificando lo mejor de nuestra historia reciente de lucha obrera. Sobre este trabajo extraemos ya aquí algún párrafo -por una lógica razón de espacio- aunque en próximas publicaciones se dará a conocer completo.
Articulo de la revista nº22 de Red Roja. Abril 2021