Cuba en África. Saldando deudas con la Humanidad.

“Es la primera vez que un país vino de otro continente no para llevarse algo, sino para ayudar a los africanos a conseguir su libertad”

No es fácil resumir mejor la labor de Cuba en el continente africano que como lo hizo Nelson Mandela desde prisión. Es una historia más o menos conocida por quienes creemos en el internacionalismo, pero que al repasarla siempre conmueve y aporta energía y seguridad para seguir luchando por lo que es justo.

Desde el triunfo de la Revolución, y a pesar de todas las dificultades que ha atravesado el proceso, Cuba siempre ha tenido la solidaridad con otros pueblos oprimidos como uno de sus pilares. Una pequeña isla asediada militar y económicamente que se compromete con las luchas de los explotados a más 10.000 kilómetros. Ejercicio de Solidaridad con mayúsculas único en la historia.

La labor de Cuba en África comienza en Argelia en 1962. A pesar de haberse enfrentado pocos meses antes a la invasión yanqui de bahía de Cochinos, los actos terroristas, las sanciones económicas y las presiones del gobierno francés de Gaulle, el gobierno cubano no dudo en apoyar al pueblo argelino en lucha por su emancipación.

En enero del 62, envió un cargamento de armas al campamento del Frente de Liberación Nacional en un barco que regresó con 78 guerrilleros heridos y 20 niños refugiados. Posteriormente, en septiembre de 1963, un año después de su declaración de independencia, ante la invasión marroquí de una parte del territorio argelino, rica en recursos minerales, el gobierno argelino pide ayuda a Cuba. Debilitados por 8 años de guerra, carecían de estructura militar y armas para defenderse. Ante esto La Habana movilizó una división blindada y 700 combatientes, despliegue que obligó a firmar el alto al fuego y la retirada en octubre de 1963.

Además del apoyo político y militar, fue clave el envío de personal médico, una constante en la colaboración de Cuba en el continente. Argelia sufrió el abandono de gran parte del personal médico al declararse la independencia, situación similar a la ocurrida en la isla. Aun teniendo un panorama sanitario delicado, 55 médicos cubanos fueron destinados a ayudar a los poco más de 200 profesionales con los que Argelia contaba en ese momento.

Argelia no ha olvidado el comportamiento del pueblo cubano. En palabras de Abdelaziz Bouteflika, Presidente de la República argelina tras el fallecimiento de Fidel Castro: “Rindo tributo a un auténtico defensor de los valores de paz, respeto de la soberanía nacional y a su combate intransigente a favor del derecho de los pueblos a disponer de ellos mismos”.

Sigue esta historia en el Congo, tras la ejecución de Patrice Lumumba a manos de Bélgica y EE.UU., la instauración de la dictadura de Mobutu y la insurrección de las fuerzas lumumbistas. Kabila, jefe de la rebelión congoleña solicita ayuda militar a Cuba, que envía a 120 combatientes con el Che a la cabeza. A pesar de los esfuerzos, la insurrección es derrotada, 8 de los internacionalistas fallecen y, con el desacuerdo del Che, los combatientes cubanos vuelven a la isla.

Ese mismo año, 1965, el Partido Africano para la Independencia de Guinea Bissau y Cabo Verde (PAIGCV), recibió ayuda militar de Cuba contra el colonialismo portugués. La Habana mandó instructores, técnicos y médicos a la guerrilla del PAIGCV. La guerra de desgaste contra la ocupación portuguesa desató la Revolución de los Claveles en abril de 1974 contra la dictadura de Salazar, orquestada por capitanes que lucharon en Guinea Bissau. Desembocó así en la independencia de Guinea Bissau en 1974 y abrió el camino para la liberación de Mozambique y Angola.

Precisamente en Angola, la guerra de independencia duró más de 14 años, hasta 1975. El movimiento independentista angoleño tenía dos facciones bien diferenciadas: el Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA), de orientación marxista, y el Frente de Liberación de Angola (FNLA), al que se le une la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA), nacionalistas, anticomunistas y apoyados por Estados Unidos, Sudáfrica y el Zaire de Mobutu.

Consciente de su popularidad, EE.UU. decidió neutralizar al MPLA para impedir que accediera al poder. Mandó instructores y armas al FLNA y a la UNITA, y contó con la colaboración de la Sudáfrica del apartheid. En marzo de 1975, a órdenes de Henry Kissinger, el FLNA atacó la capital, Luanda, por el norte junto a las tropas de Mobutu y la UNITA desde el sur con las sudafricanas. El MPLA resistió y solicitó la ayuda urgente de Cuba. En octubre de 1975, 500 instructores cubanos llegaron a Angola con armas para formar 40 unidades de batallón. Asimismo Fidel Castro lanzó la Operación Carlota (esclava cubana que lideró una revuelta contra la opresión colonial en el siglo XIX). Pese a debilitar su propia seguridad, La Habana mandó tropas y su armamento más moderno para proteger Angola e impedir que el régimen racista de Pretoria instalara un gobierno títere. En unas semanas, 35.000 internacionalistas cubanos llegaron a Angola.

Las Fuerzas Armadas Populares de Liberación de Angola (FAPLA), apoyadas por los instructores cubanos, repelieron los ataques al enclave de Cabinda y Kifangondo. El 11 de noviembre, Agostinho Neto proclamó la independencia de Angola desde Luanda y expresó su gratitud a Fidel Castro, alabando “la solidaridad extraordinaria del pueblo cubano”.

Por primera vez en su historia, las fuerzas del apartheid tuvieron que retirarse frente a las tropas negras cubanas y abandonar el territorio de Angola en marzo del 76. El régimen supremacista del apartheid acababa de sufrir su primera derrota, rompiendo el mito de la invencibilidad del ejército blanco de Pretoria. No obstante la guerra civil y la envió de tropas a Angola se prolongó hasta 1991, así como el apoyo al Congreso Nacional Africano (ANC) de Nelson Mandela. La victoria en 1987 contra el ejército sudafricano en Cuito Cuanavale fue clave para la liberación de Namibia (bajo control sudafricano) y el inicio del fin del apartheid.

Para terminar remarcamos la labor médica de los profesionales cubanos en África. Según el Ministerio de Salud Pública en estos momentos más de 2.000 profesionales y técnicos trabajan en más de 30 países del continente, para un total de 131.933 que han servido en el extranjero desde 1962. Se calcula que se le ha prestado servicio médico a más de 300 millones de personas, realizado 2 millones de intervenciones quirúrgicas y vacunado a nueve millones de niños. A esto hay que añadir la colaboración formando escuelas de medicina en distintos países y las becas para realizar estudios en Cuba a alumnos de 44 países africanos.

Fueron más de un millón los africanos arrancados de sus pueblos para ser explotados como eslavos en las plantaciones de caña y café en Cuba. Los descendientes de éstos, siglos después, lucharon en las guerras por la independencia de la isla. La Revolución nunca lo olvidó, siempre supo por qué y para quién se lucha. De esclavos y expolios sabemos bastante en el corazón, aunque sea en la periferia, del sistema capitalista. Por eso, nuestra tarea como internacionalistas debe ser trabajar “aquí” pensando siempre en los de “allí”. Como dijo Fidel, “ser internacionalista es saldar nuestra propia deuda con la humanidad”.

Portada de la revista antiimperialista Cuba+, edición 31.

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