Siete días sembrando en los tornos: esa es la victoria

Los grandes de la historia, como el Che o Durruti, lo comprendieron. A veces, lo que un principio puede parecer los objetivos principales e inmediatos a conquistar en una lucha –carga de trabajo digna, cumplimiento del convenio, admisión de represaliados…– se convierten de facto en secundarios, dejando paso como protagonista indiscutible al gran proceso de contradicción y de tensión que se crea entre dos antagónicos.