CAMPOS ROTURADOS, DE MIJAÍL SHÓLOJOV

En el marco de la colectivización de la tierra en la Rusia soviética, el obrero de la famosa fábrica Putílov de Leningrado, Semión Davídov, es enviado a la stanitsa[1] de Gremiachi Long para organizar el koljós[2]. Davídov forma parte de los veinticinco mil obreros de Moscú, Leningrado, Kíev y otras ciudades, que, por acuerdo del Pleno del CC del PC(b) de la URSS de noviembre de 1929, son enviados a trabajar en el campo, ya que las decenas de miles de haciendas colectivas que se creaban en el país requerían dirigentes con buena preparación política.

Allí conocerá a Andréi Stepanovich Razmiótnov, Presidente del Soviet de Gremiachi Long, y Makar Nagúlnov, secretario de la célula del Partido Comunista de dicha localidad y ex-combatiente del ejército rojo cosaco que enfrentó la contrarrevolución en el Don. Los límites y los dramas personales de cada uno de los personajes que desfilan por la obra hilan una historia que, lejos de ser panfletaria, se caracteriza por una profundidad y complejidad que enriquece y sitúa al lector a la altura que el acontecimiento histórico merece.

Campos Roturados relata las contradicciones de la vida campesina rusa de la época, que no se reducen solo a las de carácter de clase entre los kulaks[3] y los campesinos pobres o medios. También abarca el recelo de los campesinos ante las medidas que el nuevo poder (soviético) emprende. Todo ello en el marco de la inexperiencia de sus dirigentes, comprensible teniendo en cuenta que era la primera vez en la historia que se daba este proceso.

Así, somos testigos de asesinatos de campesinos comprometidos con el poder soviético, acaparamiento o quema de la cosecha, sacrificio de animales del koljós, difusión de falsos rumores o confabulaciones en unión con algunos remanentes de la contrarrevolución zarista. Pero, sobre todo, lo que encontramos en la novela es la esperanza que anima a millones de campesinos en su lucha por la creación de una nueva sociedad donde su histórica miseria quede desterrada al fin.

Sobre el autor

Mijaíl Shólojov nació a la orilla del río Don, en el seno de una familia cosaca. Participó en la Primera Guerra Mundial y, en 1917, siguiendo a los bolcheviques, se alistó en el Ejército Rojo y defendió los logros de la revolución de las agresiones de más de una veintena de potencias extranjeras durante la llamada Guerra Civil Rusa. Tanto su origen como sus ideas revolucionarias marcarán la obra de uno de los escritores rusos más importantes del siglo XX. Concretamente, él mismo participó en la creación de koljoses, siendo testigo directo del sabotaje de los kulaks al poder soviético descrito en la novela.

Obtuvo numerosas distinciones, entre ellas el premio Lenin en 1941 y el Nobel de Literatura en 1965. Además de escritor, llegó a ser miembro del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética. Para entender la magnitud de su obra, baste con decir que, hasta los años ochenta, se habían impreso sesenta y nueve millones de copias de sus obras en ochenta y cuatro idiomas de la Unión Soviética.


[1]   Poblado campesino.

[2]   Granja colectiva de la Unión Soviética. Fueron creadas al eliminar los latifundios de los terratenientes rusos. Aparece por primera vez ya en 1917, con la toma del poder por los bolcheviques, pero se extiende a partir de la supresión de la NEP en 1928.

[3]   Campesinos ricos que poseían tierras y contrataban a otros trabajadores.

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